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lunes, 17 de febrero de 2014

Contextualización histórica

"La situación europea era complicada. Las metrópolis europeas querían dominar los océanos, por razones evidentemente económicas, ya que el objetivo era asegurar el flujo de mercancías con las colonias, aumentando para ello el número de barcos que las formaban. En España, la construcción naval se vio normalizada por el Estado, que emitió estrictas normas en los sistemas de construcción naval, por lo que trajeron especialistas de Inglaterra y Francia que contribuyeron con sus conocimientos a mejorar las características de los navíos.

Europa vivía los delirios expansionistas del emperador Napoleón Bonaparte. Éste se las ingenió para dominar, a través del primer ministro español Manuel Godoy, al rey Carlos IV, el cual pasaría a convertirse en una marioneta del emperador. El objetivo de Napoleón era extender todo su imperio por el territorio europeo y por los otros continentes. Entre los pocos países que podían hacerle frente, estaba Inglaterra, la cual podía frenar sus planes e impedir esta expansión. Bonaparte era consciente de ello y sabía que la única forma de conseguir sus planes era contar con el apoyo de la marina española. Por ello, rota la paz de Amiens el 12 de mayo de 1803 las naciones europeas se vieron de nuevo envueltas en una situación bélica y España se vería forzada por la estrategia política de Napoleón a declararse a favor de Francia. Si bien  España consiguió inicialmente mantener la neutralidad, el 12 de diciembre de 1804 declaró la guerra a Inglaterra después de que cuatro fragatas procedentes de Montevideo fueran atacadas y apresadas, ohub

Así, España ya era aliada de Francia. El siguiente paso en los propósitos del emperador era efectuar un desembarco de sus fuerzas en el país sajón. Pero para llevarlo a cabo necesitaba el refuerzo de la escuadra española compuesta por 33 buques, repartidos entre los Departamentos de El Ferrol, Cartagena y Cádiz. Una vez reunidas las escuadras de los dos países en el Mediterráneo, debían confeccionar un plan de distracción, simulando un ataque a las posesiones inglesas de las Indias Occidentales, con el fin de apartar al Almirante Nelson (comandante de la escuadra inglesa) de Europa, regresar camino de Brest, levantar el bloqueo inglés de este puerto, liberando a la escuadra francesa, y, unidas ambas fuerzas hacerse dueñas del Canal de la Mancha para permitir el desembarco de las tropas napoleónicas en Inglaterra, una fuerza de 160.000 hombres.

Sin embargo, Napoleón cometió el error de nombrar al Almirante Villeneuve, ministro de Marina de Francia, como comandante de su escuadra, ya que no poseía ninguna cualidad para responsabilizarse del mando de una gran flota naval y hacer cumplir las precisas instrucciones de Napoleón. El almirante Gravina, jefe de la escuadra española durante el combate y por aquella época embajador de España en París, era consciente del mal estado que los barcos de la marina española y de los pocos recursos existentes para dotarlos de los materiales necesarios para afrontar una situación bélica. 

 Federico Gravina es designado, después de firmarse la alianza entre España y Francia, para ponerse al frente de la Escuadra Española. Después de una inspección al Arsenal de la Carraca para examinar el armamento de los barcos, comunicó a Godoy los navíos elegidos, para su aprobación en el departamento de Cádiz: Santísima Trinidad, Santa Ana, Argonauta, San Rafael, Bahama, Terrible, Glorioso, San Leandro, España, Firme, Castilla y América, a los cuales se añadirían más tarde el San Justo y el Rayo."

Información recogida del artículo de la revista de Historia de El Puerto, escrito por Lourdes Márquez Carmona (2003)


Navíos españoles. Imagen procedente del Blog Grandes Batallas de la Historia. 

1 comentario:

  1. Tiene unos buenos contenidos y sigue una estructura que me parece buena, es un texto que te hace saber, te informa.

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